De tu Mundo al Nuestro: Guía para crear Personajes

De tu Mundo al Nuestro: Guía para crear Personajes

Lo que más disfruto de escribir es la posibilidad de ser lo que mi imaginación me permita. Con el fluir de los dedos, podemos convertirnos en un héroe que lucha por la justicia, en un futbolista profesional a punto de jugar la Copa Mundial o, quizá, en un ave que surca los cielos en busca de su felicidad. Todas estas situaciones tienen en común el hecho de ser creadas por la sinapsis neuronal encargada de la creatividad.

Aunque como escritores aprendemos con la práctica, nunca está de más contar con una base para desarrollar a ese protagonista o antagonista que mantendrá al lector al borde del asiento. ¿Qué te parece si te doy una mano para que saques a ese personaje de tu mente y lo traigas a las letras?

1. Fichas de personajes

Basta con visitar la web para encontrar miles de plantillas que indican qué se debe conocer sobre un personaje. Si puedo darte un consejo, te diría que te explayes en su trasfondo. ¿Qué le gusta comer? ¿Cómo fue su niñez? ¿Cómo reacciona ante el peligro? ¿Padece alguna enfermedad? Aunque muchas de estas preguntas pueden parecer "relleno", responderlas ayudará a crear un vínculo con el personaje. Y sí, existe una relación entre personaje y lector.

2. Define una personalidad

Una historia no funciona si el protagonista no se conoce. A menos que sufra de amnesia o sea parte de la trama, nuestro personaje debe actuar congruente con lo que dice, hace y piensa. Un consejo interesante es utilizar el test MBTI, también conocido como la prueba de las 16 personalidades. Si respondemos las preguntas como si fuéramos nuestro personaje, obtendremos un perfil que nos ayudará a mantener su coherencia en la historia.

3. Doble verificación a los diálogos

Lo que hablas y cómo hablas me habla mucho de ti. Si nuestro personaje es un anciano, es probable que quieras incluir frases poco usadas en la actualidad. Si es extranjero, quizá quieras agregar una que otra palabra de su idioma nativo. Un erudito en alguna materia se la pasará demostrando su experiencia con tecnicismos. Ah, y los niños son más inteligentes de lo que crees, pero no formularán ideas como un adulto joven. ¡Tómalo en cuenta!

4. No es lo mismo juntar agua con agua que con aceite

Retomando lo de la personalidad, no olvides que cada personaje es distinto. Si un personaje actúa igual con el villano que con su mejor amigo, tenemos un problema. Quizá te parezca básico, pero más de una vez olvidamos profundizar en las interacciones. ¡Haz que tu personaje sienta el dolor de perder contra su enemigo o la felicidad de abrazar a su pareja! Las emociones de tu personaje son el alma de la historia. No tengas miedo de llevarlas al límite y hacer que el lector las sienta también.

Espero estos consejos puedan facilitarte el camino a conocer a tu próximo protagonista, pues son el corazón de la trama y el vehículo que conducirá a tus lectores a la aventura.

— J. J.

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