La magia es clave en cualquier obra de fantasía. Es ese elemento que imaginamos controlar desde niños. ¿A quién no le hubiera gustado recibir esa carta de Hogwarts a los once años? Un aspecto tan importante, que en la mayoría de los libros, películas y animaciones funge como piedra angular de la historia, no puede ser tomado a la ligera.
Brandon Sanderson, un afamado escritor estadounidense de ciencia ficción, llevó más allá la construcción de mundos literarios y creó las “leyes de la magia”, un sistema de tipo espectral para representar y categorizar el tipo de magia que se usará como parte de la narrativa de una novela de fantasía. Esta guía divide la magia en dos polos: dura y blanda.
MAGIA DURA
Se entiende por magia dura aquella que está bien definida dentro de la obra. Se nos explica en la narrativa cómo funciona, de dónde proviene, así como las limitaciones y consecuencias que hay con su uso. Podemos identificar este sistema en animes como Black Clover, donde la magia forma parte del día a día de los personajes. Algunos autores manejan la magia como un sistema de energía, llámese Chakra, Ki, Cosmos, entre otros.
MAGIA BLANDA
La magia blanda, como su nombre lo indica, tiene más libertad que su contraparte. Se utiliza como una herramienta para generar conflicto, y usualmente se atribuye esta magia a un objeto que, en el universo narrativo, es considerado una de las únicas fuentes de magia. Un ejemplo es Death Note, donde la libreta tiene un poder sobrenatural que funge como pieza central de la historia.
¿QUÉ SISTEMA MANEJA QUINESIS?
Escribí Quinesis pensando en los eteritos como objetos capaces de proporcionar habilidades a sus portadores. Las reglas las pulí para asociarlas a un intercambio energético y que se basaran en lo posible a los límites de la fisiología humana.
Conocí las leyes de Sanderson mucho después de lanzar Quinesis, por lo que no las tenía contempladas al momento de crear mi propio universo. El poder del éter podría ser clasificado como de magia dura, pues tiene reglas, limitaciones, consecuencias y se tiene una explicación, aunque en conjeturas, de cómo funciona. Sin embargo, ninguno de los personajes está relacionado con ella, y los eteritos son considerados como artefactos mágicos, muy similar a como se describe la magia blanda; por lo tanto, podría considerarse un tipo de magia mixto.
Se entiende que estas leyes no son reglas absolutas, y más bien son una guía de cómo llevar el género fantástico a buen puerto. La libertad creativa que uno tiene como escritor al desarrollar el lore me parece la verdadera magia de este género, pues cada uno interpretará la fantasía a su manera.
— J. J.